Casi sin darnos cuenta, nuestros hijos se hacen mayores y mientras ayer se dormían con su peluche o mantita favorita, hoy cierran la puerta de la habitación para hablar por teléfono. De pequeños nos necesitaban para todo y los padres éramos la figura de referencia, venían a preguntarnos dudas, a pedir permiso para lo que fueran a hacer,… los padres nos situábamos en una posición superior hasta que en la adolescencia los chicos y chicas creen situarse por encima de la figura paterna y materna y discuten todo. “Nos adelantan por la derecha” y se sitúan en una posición en la que se sienten incomprendidos. Piensan que sólo ellos entienden su realidad. Será en la etapa adulta cuando se sitúen en una posición de igual a igual con los padres.
La adolescencia se asocia frecuentemente a las modas, lo cual excluye a los padres porque “no entienden lo que se lleva”. Como formuló Elkind, en la adolescencia se presentan dos aspectos:
“Audiencia imaginaria” ya que desde una postura egocentrista atribuyen a su perspectiva una importancia desmedida, dándose la situación (un tanto paradójica) de que, en la dinámica de la interacción personal, el adolescente se encuentra demasiado preocupado por lo que los demás piensen de él. Así, el adolescente puede llegar a realizar determinadas acciones, de marcado carácter exhibicionista y contestatario, con las miras puestas en lo que cree que los demás van a pensar de él.
“Fábula personal”: Tendencia de los adolescentes a considerar sus experiencias, negativas y positivas, como únicas y, en cierto sentido, incomprensibles o incomunicables para otras personas. De ahí esa tendencia sentirse incomprendidos y a pensar que les ocurren avatares enormemente especiales.
Mucha gente cree que no sigue ninguna moda y a veces el hecho de querer desmarcarse del resto los hace más esclavos aun (aquellos que solo visten de negro, que no pueden permitirse llevar falda o chanclas..).
Un tema que da mucho juego es el del whatsup y las redes sociales (como facebook o twitter) . Los jóvenes ya no viven sin compartir información, incluso de forma inmediata desde el teléfono movil. Hasta los padres más jóvenes en su adolescencia no existía ni siquiera internet, con lo cual hoy aunque nos sumamos al carro de la tecnología, no podemos comparar nuestra adolescencia con la de nuestros hijos. Hoy en día, padres e incluso abuelos usan whatsup y con frecuencia son objeto de mofa por parte de los adolescentes
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CÓMO ACTUAR ANTE LOS PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO DE MI HIJO
Las características del hijo y de los padres se influyen mutuamente pudiendo dar lugar a procesos de reforzamiento negativo recíproco y de modelado negativo. Por ejemplo, un padre con baja tolerancia a la frustración, puede emplear castigos severos ante conductas insignificantes de desobediencia por parte del hijo que reaccionará de manera desmesurada, mostrando también escaso control. Ambos entrarán en una dinámica disfuncional circular.
El incumplimiento de las órdenes dadas o de las normas establecidas por figuras de autoridad, es lo que se conoce como desobediencia. Si la pauta de conducta de nuestro hijo es estable y comprende dos tipos de comportamiento: agresor (hacia objetos o seres vivos) y transgresor de normas familiares, escolares, sociales y legales, hablamos entonces de conducta antisocial.
La madurez es el resultado de un proceso de adquisición de repertorios de conducta cada vez más complejos, mantenidos principalmente por autocontrol. La enseñanza de los adultos en forma de instrucciones, modelado, moldeamiento,… promueve la adquisición de repertorios básicos de conducta que permiten reducir la dependencia infantil y aumentar la autonomía.
La administración de contingencias (para entendernos: premios y castigos) se desplaza progresivamente desde los padres, familiares y profesorado (lo que supondría un control externo), al propio sujeto (control interno). Los adultos irán disminuyendo su ayuda esperando que los hijos actúen espontáneamente, por ejemplo, esperando que se pongan a estudiar sabiendo que lo deben hacer y no porque se lo hayamos pedido una y otra vez.
Frecuentemente en la relación de padres e hijos surgen conflictos que irán en una escala de menor a mayor gravedad. Es importante no dejarse llevar por el calor de la situación y no perder los nervios, para poder ver la situación con perspectiva y descubrir la mejor manera de reaccionar y mantener una buena relación fortaleciendo los lazos día a día
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- PROBLEMAS PSICOLOGÍA INFANTIL: PREGUNTAS FRECUENTES
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Ese extraño adolescente que vive en casa
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2022-04-12

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